«Cosas viereis, Sancho», sentenció el inmortal Don Quijote. Con cada gobierno estatal aparecen grupos de poder en Oaxaca, que muestran de diversas maneras su preeminencia. En Unión Hidalgo da la impresión que nació el Club de los Intocables bajo la batuta de Gherardy Orozco Martínez, quien al amparo de Antonino Morales Toledo y de FUCO empieza a delinear un cacicazgo local con fines más elevados. Perdedor de las elecciones para Presidente Municipal en el 2021, al día de hoy, el ingeniero lleva no un trote, sino una carrera casi segura para obtener la candidatura con el cobijo de Morena para contender por la misma posición en el 2024. Sin embargo, si no cuida las formas y el fondo, podría tropezar otra vez en sus pretensiones.
El Niño Guinda no maneja en el anonimato los nombres y apellidos de quienes lo impulsan. Actúa como superdelegado del gobierno estatal, lo mismo para organizar una fiesta, como para encabezar la toma de posesión de su tío en el Cobao y otros actos, pero lo más surrealista que ha emprendido es anunciar el relevo en la Oficialía del Registro Civil. Apoyado en sus cartas credenciales, ingresó a las oficinas, se tomó la foto con el supuesto nuevo titular y después desapareció con todo y dicho funcionario, llevando consigo un libro para registros. ¿Este es el gris personaje que pretende encabezar los destinos de Unión Hidalgo? Si es capaz de planear una torpeza de esta naturaleza, no nos imaginamos el tamaño de sus actos de gobierno.
Estamos a nada de los comicios del año venidero y un promocional con dedicatoria (G24) empieza a inundar nuestra comunidad. Ojalá que los electores no caigan en el garlito de este prestidigitador, que lo único bueno que ha aprendido del arte de la política es regar un rosario de promesas apoyado en la argucia de que es ahijado consentido del Gobernador y del flamante Secretario de Administración. Estaremos atentos sobre las futuras acciones del autonombrado benefactor y gestor de Unión Hidalgo, que con seguridad contendrán una fuerte dosis de chacota y chasco.