Juan Francisco AlonsoRole,BBC News Mundo24 diciembre 2023, 11:37 GMT“Yo soy la luz del mundo. El que me sigue no caminará en tinieblas, sino que tendrá luz y vida”.Estas palabras de Jesús, contenidas en el Evangelio de Juan (8, 12), jugaron un papel crucial cuando las autoridades del Imperio romano y los primeros jerarcas de la Iglesia buscaron esclarecer uno de los enigmas de la Biblia: ¿Cuándo nació el fundador del cristianismo?Pese a que los evangelistas no mencionan la fecha del nacimiento de aquel al que hoy casi 2.300 millones de creyentes consideran como el hijo de Dios, el pasaje anterior dio sustento teológico a la decisión por la cual desde hace casi 17 siglos cada 25 de diciembre se celebra la Navidad.La fecha no fue escogida al alzar, sino con toda intención para que coincidiera con uno de los grandes momentos del calendario romano: la fiesta del Sol Invicto. Más allá de que nació en Belén en tiempos del emperador Tiberio, los evangelistas no dan mucha información sobre el nacimiento de Jesús.Un culto venido de OrienteLa fiesta de Sol Invicto, cuyo nombre oficial era Nativitas Solis Invicti o “nacimiento del Sol invicto”, era una celebración dedicada a una deidad solar que se celebraba el 25 de diciembre. ¿Pero quién era este dios? “No lo sabemos muy bien. No era uno muy predominante dentro del catálogo de divinidades romanas”, explicó a BBC Mundo el historiador y biblista español Javier Alonso.Por su parte, el profesor de Historia Antigua de la Universidad de León, España, Santiago Castellanos, agregó que esta deidad “no era una de las más presentes en la praxis política romana, al menos no estaba al nivel de Júpiter y Marte, quienes tuvieron mayor implantación en cuanto a templos y estatuas”.Como ocurrió con el cristianismo, el culto de este dios llegó a Roma desde del Oriente, en particular de lo que hoy es Siria; y lo hizo de la mano del emperador Marco Auelio Antonino Augusto, mejor conocido hoy como Heliogábalo.El soberano, quien apenas reinó cuatro años (218-222 d.C.), desplazó a Júpiter de la cabeza del panteón romano; y, en su lugar, colocó a El-Gabal, una divinidad solar que él era adoraba y de la que era sumo sacerdote en su natal Emesa (la actual ciudad siria de Homs).Para facilitar el cambio religioso, el dios fue rebautizado con el nombre latín de Deus Sol Invictus (Dios Sol Invicto).“Sol asumió todo el culto solar que en el mundo griego se había asociado a la figura de Helios y también su iconografía”, agregó Castellanos. Impulsado desde el poderInvicto no fue la primera deidad solar que los romanos adoraron. Antes estuvo Sol Indiges, quien fue introducido por el rey Tacio, en los orígenes de lo que luego sería uno de los imperios más grandes que ha visto la humanidad.No obstante, el culto a Invicto fue el que se arraigó, pero no sólo gracias a Heliogábalo, sino a quienes lo sucedieron.“Gracias a Aureliano, Sol Invicto comenzó a jugar en la Champions League”, afirmó Castellanos. Esto, porque el emperador impuso el monoteísmo en torno a la divinidad solar, pues su idea era “un dios, un imperio”.Sin embargo, fue Constantino quien tomó una decisión que ha llegado hasta nuestros días. En el año 312 d.C.; es decir casi una década después de su conversión al cristianismo, el monarca decretó el dies Solis (día del Sol), ubicado en el séptimo día de la semana, o lo que hoy conocemos como el domingo.El emperador ordenó que este día fuera de descanso para “los magistrados y los habitantes de las ciudades, en el que se cierren todos los talleres».Y aunque Castellanos admitió que el respaldo imperial fue fundamental para la consolidación de este culto, apuntó que esta creencia ya había comenzado a hacerse popular a lo largo del imperio.“Los cultos mistéricos tenían un enorme éxito porque prometían una salvación personal. No eran cultos de la polis ni de la ciudad, sino personales”, explicó. Una vez que el Imperio romano abrazó el cristianismo sus autoridades buscaron aclarar algunos detalles de la vida de Jesús que no estaban claros.¿Cómo era la fiesta?La fiesta del Sol Invicto formaba parte del ajetreado calendario festivo romano de fin de año, el cual incluía las brumales y las saturnales.Las primeras, que comenzaban a celebrarse desde noviembre, eran las fiestas del solsticio de invierno y fueron instituidas por Rómulo en honor a Baco. Las segundas, entretanto, estaban dedicadas a Saturno, dios de la agricultura; y se prolongaban por siete días, a partir del 17 de diciembre. Estas últimas eran muy populares entre los romanos.“Durante estos días había una cierta y relativa inversión del orden establecido, por ejemplo, los esclavos tenían más protagonismo del que tenían normalmente”, explicó Castellanos.“Se organizaban copiosos banquetes. Había intercambio de regalos y se decoraban las casas con guirnaldas y velas. Estas Saturnalia que ocurrían en diciembre tienen unos fundamentos litúrgicos y de celebración que el cristianismo va a incorporar a su propia liturgia”, agregó.Durante los festejos, los excesos a la hora de ingerir alcohol y mantener relaciones sexuales eran frecuentes, de acuerdo con relatos de la época, por lo que da la impresión de que los mismos eran una mezcla entre lo que hoy conocemos como la Navidad y los carnavales.Por su parte, Alonso explicó que los romanos decidieron fijar la fiesta de Sol Invicto casi inmediatamente después de las saturnales por una razón astronómica: el solsticio de invierno.“El solsticio de invierno es el día del año en que hay menos luz solar. Sin embargo, a partir de allí los días comienzan a hacerse más largos y en el mundo antiguo se percibía que ese era el momento en el que el Sol se regeneraba y renacía”, afirmó. regeneraba y renacía”, afirmó.Imagen de la fiesta de las saturnales.FUENTE DE LA IMAGEN,GETTY IMAGESPie de foto,A lo largo de diciembre los romanos celebraban banquetes e intercambiaban regalos para despedir el año y esperar que los dioses les bendijeran con buenas cosechas.¿Y por qué esta festividad?Una vez que el emperador Teodosio declara que el cristianismo…